En la rutina diaria, la mayoría de veces te enfocas en cada uno de tus objetivos o proyectos, en muchas ocasiones la mente se concentra en la capacidad de desarrollar múltiples actividades, tus logros y metas alcanzadas son un elixir para tu felicidad y armonía; ¿Pero que tan a menudo recuerdas tus orígenes, tu familia, padres y abuelos?
Son ellos los que han forjado parte de tu carácter y comportamiento, inclusive ellos te han permitido tener un criterio sobre como comprender la realidad que vives, en esta reflexión no te compete evaluar si lo que has heredado te potencializa o te limita, te invito a que pienses en el agradecimiento.
Recuerda esos momentos donde tus abuelos, padres, o tíos, te reconfortaban cuando te caías, o te regalaban los dulces que más te gustaban, tal vez ellos te apoyaron haciendo las tareas, maquetas, o quizás te dieron el primer consejo cuando les contaste que ya tenías tu primera relación amorosa, fueron tu primer banco, incluso las primeras personas con las que te tomaste tus primeros tragos.
Piensa por un momento cuantas veces conscientemente les has dado las gracias, por cada momento y detalle compartido, valora tus raíces y hónralas púes tienes un componente genético importante en ti de tus ancestros, ámalos desde su perfección, así tú tengas puntos de vista diferentes. Sin importar que tipo de relación tengas con ellos, te doy un buen concejo en el agradecimiento encontraras la libertar que mereces.