Hacer coaching a personas de diferentes tipos de edades es sumamente interesante, pues por cada etapa de la vida, se manifiesta un mundo distinto, como dijo Platón: «La realidad es perfecta e inapresiable» y por tal, de forma individual el ser humano tiene la capacidad de darle su propia belleza. Pero al trabajar con jóvenes adolescentes se puede contemplar una realidad muy cercana a la de Platón, pues en sus mentes soló habita la sana ambición de devorar el mundo, mientras que para nosotros los adultos, esos pensamientos juveniles parecieran efímeros los adolescentes nos muestran una clara verdad: el mundo se transformará en manos de ellos gústenos o no.
Cada vez que hacemos el taller de adolescentes particularmente nos encontrarnos con dos tipos de muchachos: los callados, con poca socialización y los que no son muy abiertos a expresar sus ideas o pensamientos. El otro tipo son los que se muestran como líderes que sin importar la edad guían y cuidan a los otros.
Ambos grupos a pesar de las distancias de expresión verbal y no verbal, tienen algo en común: sus habilidades mentales, cada cual tiene un sin fin de características motrices e intelectuales las cuales sabiéndolas guiar con diferentes técnicas de coaching, pueden llegar a emerger de las profundidades del pensamiento y manifestarse de manera tal que siempre quedamos sorprendidos.
Como adultos y padres debemos tener algo claro, hoy en día no son las herramientas tecnológicas como los iPhone o las tabletas las que motivan a nuestros jóvenes, lo que realmente debe ser apreciado por ellos son las maravillosas habilidades de su mente, que durante la duración del entrenamiento, se hacen palpables, innumerables resultados saltan a la vista por lo cual como mamá y papá estamos en la completa responsabilidad de ayudarles a ver esa realidad, la cual los hace como adolescentes humanos sumamente capaces de asumir retos, divertirse con sigo mismo, y tener la capacidad de mantener una sana interacción con los demás.
Es curioso ver como algunos padres cuando les contamos sobre el comportamiento de sus hijos en nuestros talleres, parecieran por un momento desconocer esas habilidades; nos sorprendemos cada vez que cada uno y casi sin falta quedan en un profundo silencio, al ver las fotos o videos donde sus hijos son protagonistas. La pregunta que siempre hacemos es: ¿Realmente quien no está entendiendo a quién? entre adolescentes y adultos.